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Mostrando entradas de mayo, 2020

PASÓ EN MI BARRIO “TOSCANITO” POR HÉCTOR ACOSTA

El hombre parecía no claudicar en su empeño contra el olvido. Y cuando éste parecía insinuarse ya estaba él, aparecido de la nada, sin que nadie lo invocara, como una sombra más en un oscuro rincón del café Crámer. Con su inmemorial traje gris, som­brero de fieltro con cinta que había sido morada, moño negro a medio hacer y un apagado Avanti cortado al medio. Sacaba la guitarra de un manoseado estuche de cartón y como quien no quiere la cosa comenzaba a entonarla sin apuro. Luego se acom­pañaba con su gastada voz, desgranando anacrónicas décimas y letras de canciones ya pasadas de época. Su cadencioso decir se entreveraba con los paganos sonidos del café; “mato y paso …” – “al fondo a la izquierda...”- “pobre mi madre querida…” - “mozo, otra Chisotti” – “Era rubia y sus ojos celestes... oh pulpera que no fuiste mía...” - “contraflor al resto” – “cómo lloran por ti las guitarras... las guitarras de Santa Lucía...” y en la pared, una impúdica mujer exhibe su desnuda figura (abril de

MUERTE DE ANTOÑITO EL CAMBORIO - FEDERICO GARCÍA LORCA

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Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas mordiscos de jabalí. En la lucha daba saltos jabonados de delfín. Bañó con sangre enemiga su corbata carmesí, pero eran cuatro puñales y tuvo que sucumbir. Cuando las estrellas clavan rejones al agua gris, cuando los erales sueñan verónicas de alhelí, voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. * Antonio Torres Heredia, Camborio de dura crin, moreno de verde luna, voz de clavel varonil: ¿Quién te ha quitado la vida cerca del Guadalquivir? Mis cuatro primos Heredias hijos de Benamejí. Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en mí. Zapatos color corinto, medallones de marfil, y este cutis amasado con aceituna y jazmín. ¡Ay Antoñito el Camborio digno de una Emperatriz! Acuérdate de la Virgen porque te vas a morir. ¡Ay Federico García, llama a la Guardia Civil! Ya mi talle se ha quebrado como caña de maíz. * Tre

HAIKUS DE JORGE LUIS BORGES

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1 Algo me han dicho  la tarde y la montaña,  ya lo he perdido. 2 La vasta noche no es ahora otra cosa que una fragancia . 3 Callan las cuerdas. La música sabía lo que yo siento 4 ¿Es o no es el sueño que olvidé antes del alba? 5 Hoy no me alegran los almendros del huerto. Son tu recuerdo. 6                                                   En el espacio esa forma sin tiempo: la luna nueva . 7 Oscuramente libros, láminas, llaves, siguen mi suerte. 8 Desde aquel día no he movido las piezas en el tablero . 9 La vieja mano sigue trazando versos para el olvido . 10 En el desierto acontece la aurorai. Alguien lo sabe. 11 La ociosa espada sueña con sus batallas .   Otro es mi sueño .

DE LA COLONIA (MILONGA) GUSTAVO CASTIGNOLA

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Soy de barrio la Colonia, del otro lao de la vía en donde aún se respira de tilos un fresco aroma. No vaya a creer que lo digo por darme dique ni en broma es que me encanta la zona y el lugar donde he crecido Antes fue cuna de taitas al menos eso me cuentan. Hoy todavía se acuerdan y algunos llevan la marca. Si bien ya no es como antes, la gente vive encerrada, es que andan tantos malandras señora..., la mano viene pesada. Como salido de un cuento, entre truco y falta envido, hay un boliche raído que desafía al progreso. Estampa de un tiempo lejos, refugio de parroquianos: vino tinto- Fernet- Cinzano..., es la gloria de los viejos. Tal vez resulte aburrido que yo les cuente mi barrio, es que soy como un canario enamorao de su nido. Ahora me voy, me despido, discúlpenme tanta euforia, Quilmeño soy y les digo, del barrio de la Colonia... Quilmeño soy y repito..., del barrio de la Colonia. Gustavo Castignola Noviembre 2003