LAS LETRAS DEL QUILMERO

La mujercita del espejo, ataviada como una Mme. Bovary que hubiese sido elegida chica de tapa en Vogue, lee un libro diminuto, breviario en que se narra una historia fortuita donde la dama se mira como en un espejo. Y es bella pero cauta entre los carmesíes y los verdes, y no hay sombra de dolor en sus pómulos ni la ira calcinó su mirada y nunca se espanto ante el espejo de sus contradicciones ni la culpa o el arrepentimiento apagaron su oráculo de la buenaventura. Te ofrendo la mujercita del espejo porque leerá, siempre» en el confortable lugar de mis antípodas. Alicia Silva Rey-septiembre/85   "Frente al espejo" de Berthe Marisot (1841-1895)

La Editorial "Mara Riganis" de Andrea M. Centrella ha publicado el año pasado una novela o "nouvelle" - como prefiere calificarla su autora - que nos trae una Angélica Beatriz Lacunza que no conocíamos, "Siluetas en la Arena" , novela breve que nació en Bernal, en el otoño de 1987, en complicidad con su compañero el artista plástico Enrique Gorla "... de la profunda evocación que Él y Vicky Milou hicieron desde sus más lejanos recuerdos".  El sábado 16 a las 17 hs. en el Centro Cultural Hilda Perata, la Biblioteca Popular Pedro Goyena, EXANQUI (Asociación de Ex alumnos de la Escuela Normal de Quilmes) y la Asociación Los Quilmeros presentarán este libro acompañados con la voz del cantautor Julio Lacarra que fue alumnos de "Biche" en el magisterio. La apertura del acto estará a cargo de, otros quienes fuimos sus alumnos Ana Aispurú, presidenta de la Goyena, Chalo Agnelli y Andrea Centrella su editora. PERO ¿QUÉ E

“Toda obra literaria se compone así de una parte de imaginación, de recuerdos y de hechos, de nociones e informaciones recibidas durante la vida mediante la palabra y los libros y de las raspaduras de nuestra propia existencia.” Marguerite de Yourcenar, “ Como agua que fluye ” ( Anna, Soror - Un homme obscur - Une belle matinée ), advertencia de “Un hombre oscuro” Ed. Gallimard, 1981. Pág. 213

... Aquí me acuerdo de un suceso de mi juventud. En una provincia vecina, aunque distante, se había producido una insurrección. No me acuerdo del motivo, pero no importa. Motivos para una insurrección se producen allí todos los días, pues se trata de un pueblo muy excitable. Un mendigo que había viajado por esa pro­vincia trajo un panfleto de los insurrectos a casa de mi padre. Era, por casualidad, un día de fiesta. Los amigos llenaban nuestras estancias; en el centro, el sacerdote leía el panfleto. De repente todos se echaron a reír y la hoja se hizo mil pedazos en el apretujón; el mendigo, que ya había sido abundantemente agasajado, fue expulsado de la casa a empujones y todos se dispersaron para disfrutar del día, que era muy her­moso. ¿Por qué? Ocurre que el dialecto de aquella provincia difiere del nuestro; sobre todo en su forma escrita nos parece muy arcaico. Cuando el sacerdote había leído dos páginas, la cosa estaba zanjada. Cosas viejas y olvidadas hace tiempo. Y a pesa

LOS PALACIOS DE LA MEMORIA Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos. Ocurre entonces la emoción singular llamada be­lleza, ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica. “La rosa es sin por qué”, dijo Angelus Silesius; siglos después, Whistler declararía “El arte sucede”. Que otros se jacten de los libros que les ha sido dado escribir; yo me jacto de aquellos que me fue dado leer […] No sé si soy un buen escritor; creo ser un excelente, lector o, en todo caso, un sensible y agradecido lector. Del texto inaugural de la colección Biblioteca Personal “Jorge Luis Borges” Hyspamérica, 1985