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Mostrando entradas de agosto, 2019

“REPLANTAR” POR LAURA ORMAECHEA

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El poema se quedó suspendido en una letra, a la que regresa incesantemente para encontrarle el sentido al horizonte completo. La letra que brilla y desaparece, que brilla y se esconde, que se contenta con la intermitencia como las luciérnagas en la noche romana. La letra que es imagen-luciérnaga, que es resistencia y supervivencia. El poema no puede sino volver a ella, volver al enlace entre dos palabras, entre dos ideas, entre dos personas, entre dos identidades de la misma sustancia. La letra que abraza y separa, que refiere en si misma a la indefinición, a lo infinito, a lo inagotable, a lo inabarcable. Y, no hay manera de sobrepasar ese trazo, ese dibujo sobre el papel. Así como el tiempo no puede seguir adelante después de abril, después del otoño, y de la caída de las hojas, tampoco el autor puede concluir su poema sin demorarse infinitamente en esa la única- letra, el trazo sobre el que erigió sus dibujos, sus castillos, sus bosques y toda R oma. Las hojas de un árbol que c

“PASEOS” POR MARCELO MARCOLÍN

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Tal vez a través del tiempo se sigan mezclando en la memoria imágenes de ríos y paisajes, como flotando entre horas y días, navegando en una barca sin destino ni timón. Recuerdo de repente, allá en Villa Carlos Paz, peregrinando de piedra en piedra y el Río San Antonio y sus piruetas serranas y aquel elefante gigante-violeta que los cirqueros bañaban en sus delicadas aguas y mi débil estatura a sus pies como tocando lo increíble con mis manos. Quizás sea la visión de los arroyos inconclusos en Tandil, y mi primo en su Gilera remontándome entre colinas y cielos azules - azules.  Lo cierto es que la imagen más perfecta que guardo, son los paseos a Punta Lara en aquellos veranos inolvidables. Eran los tiempos en que Vietnam agitaba los diarios, los domingos agonizaban con Titanes en el Ring y los jóvenes bailaban al compás del Club del Clan. Es tan poderoso el recuerdo que hasta los olores permanecen intactos en mi memoria. Subíamos con mi madre la calle princ

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MI ABUELA TAMBIÉN “TODO TIEMPO PASADO, ¿FUE MEJOR?”

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Una página intimista y pictórica de Blanca Cotta, de esas que nos tenía acostumbrados en la revista “Viva” del diario Clarín, entre cacerolas y memorias de su vida; su familia en Quilmes, nuestras Bibliotecas y nuestra Escuela Normal, sin faltar su inefable don Juan Manuel Cotta y su humor. Creo que me estoy volviendo muy obsoleta... ¡hasta para hablar! Pero siento una nostalgia profunda cuando recuerdo mis días de estu­diante y las horas que pasaba en la Biblioteca del Maestro buscando información. Otras veces era la Biblioteca Sarmiento, de Quilmes, la que me daba la respuesta que buscaba... o aquella humilde y querida Biblioteca de Bernal... Hoy no existe una búsqueda igual. O tal vez sí. Pero una búsqueda más cómoda... Sin esa pasión de des­cubrir un libro, identificar al autor, recorrer sus páginas... No era fácil, pero sí apasionante. Y la cosecha que hacía cada uno era, sin duda, diferente a las de los demás. Nos enseñaban a amar la sabiduría que dan los libros. Ot