KAFKA Y LA MEMORIA
...
Aquí me acuerdo de un suceso de mi juventud. En una provincia
vecina, aunque distante, se había producido una insurrección. No me acuerdo del
motivo, pero no importa. Motivos para una insurrección se producen allí todos
los días, pues se trata de un pueblo muy excitable. Un mendigo que había
viajado por esa provincia trajo un panfleto de los insurrectos a casa de mi
padre. Era, por casualidad, un día de fiesta. Los amigos llenaban nuestras
estancias; en el centro, el sacerdote leía el panfleto. De repente todos se
echaron a reír y la hoja se hizo mil pedazos en el apretujón; el mendigo, que
ya había sido abundantemente agasajado, fue expulsado de la casa a empujones y
todos se dispersaron para disfrutar del día, que era muy hermoso. ¿Por qué? Ocurre
que el dialecto de aquella provincia difiere del nuestro; sobre todo en su
forma escrita nos parece muy arcaico. Cuando el sacerdote había leído dos
páginas, la cosa estaba zanjada. Cosas viejas y olvidadas hace tiempo. Y a
pesar de que — como creo recordar — el mendigo expresaba por sí mismo todo el
horror de la vida, ellos sacudían la cabeza, riéndose, sin querer oír nada más.
Con tanta facilidad propende nuestro pueblo a borrar el presente.
de "La construcción de la Muralla China" de Franz Kafka
Relatos breves - Hyspamérica
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