“BRENHYLDA JONES Y LAS BOMBAS” POR MARÍA MERECEDES DI BENEDETTO

Iba ese 16 de junio de 1955, mi tía Brenhy caminando como siempre, pura seriedad capricorniana, con su trajecito sastre y su andar apurado, atravesando la Plaza. Y de pronto, la demencia de la muerte, de los cuerpos, de la sangre, del ruido que venía del cielo como un aleteo de murciélagos infernales. Un desconocido - un gallego, contaba ella - la tomó de atrás, abrazándola, y la corrió angeladamente del sitio donde un segundo después cayó una mampostería que podría haber sido el final. "¡ Me salvé de Franco pero de ésta no me salvo!" . Contaba que gritaba el hombre con acento castizo. Nunca supo el nombre de quien le permitió - gracias a ese gesto que duró un segundo -, vivir hasta los 98 años. Suficientes para recordar el horror y contarlo cada aniversario, como una cicatriz con memoria que nunca terminó de cerrarse. Brenhylda Jones Wilde *María Mercedes Di Benedetto * María Mercedes Di Benedetto es egresada del ISER, autora de numerosas publicaciones sobre el radi...