“REPLANTAR” POR LAURA ORMAECHEA

El poema se quedó suspendido en una letra, a la que regresa incesantemente para encontrarle el sentido al horizonte completo. La letra que brilla y desaparece, que brilla y se esconde, que se contenta con la intermitencia como las luciérnagas en la noche romana. La letra que es imagen-luciérnaga, que es resistencia y supervivencia. El poema no puede sino volver a ella, volver al enlace entre dos palabras, entre dos ideas, entre dos personas, entre dos identidades de la misma sustancia. La letra que abraza y separa, que refiere en si misma a la indefinición, a lo infinito, a lo inagotable, a lo inabarcable. Y, no hay manera de sobrepasar ese trazo, ese dibujo sobre el papel. Así como el tiempo no puede seguir adelante después de abril, después del otoño, y de la caída de las hojas, tampoco el autor puede concluir su poema sin demorarse infinitamente en esa la única- letra, el trazo sobre el que erigió sus dibujos, sus castillos, sus bosques y toda R oma. Las hojas de un árbol que c...