EXORCIZANDO DÍAS DE INFANCIA POR MARÍA MERCEDES DI BENEDETTO

Tenía yo 8 años, y era nueva en un colegio de tipo religioso, un poco por cercanía al trabajo de mi mamá, otro poco porque una amiga de ella era maestra en 3er grado y sería mi Señorita.

Efectivamente, allí estaba yo el primer día de clase, cuando entró una monjita joven a decir que su tercero tenía muchos menos alumnos, por lo que invitaba, a quienes quisieran, a seguirla a su aula. Y no va que yo - que estaba pasando por mi etapa mística a pesar de no provenir de una familia muy devota - me levanté, abandoné a la Señorita amiga de mi madre y me fui con la monjita, la Hermana Alejandra, de 28 años.

Resultó que la Hermanita era bastante intolerante y gustaba de retorcer orejas, algo impensado en mi casa. Por cualquier asunto menor, por ejemplo, que se escapara del borde de la cartulina un poco de plasticola, o que armando una coreografía te pararas en la baldosa negra en vez de en la blanca, venía la agresión.

Mamá intentó pedir el pase para otra escuela, pero la Madre Superiora le contestó que debía esperar a terminar el año lectivo. Meses después, para el Día del Maestro, hubo que llevar un regalo. A mi madre no se le ocurría qué obsequiarle a una monja, así que le confeccionó (era muy creativa y recicladora) una especie de perchero con argollas para colgar cinturones, cordones y otros accesorios del hábito.

Ese día abundaron los cisnes de opalina con jabones y flores de plástico, y entre todos, yo con mi perchero para votos de austeridad y pobreza. Al día siguiente en clase, mis compañeritos/as sentados, en el silencio que imperaba en un aula de 1968, la Hermana Alejandra me llama a su escritorio, y allí, delante de todos, me devuelve el regalo, porque no sabía para qué servía.

Recuerdo esa humillación, y a todos los niños y niñas señalándome y repitiendo que la maestra me había devuelto el regalo. Por suerte el calvario (traté de sintetizar, pasaron muchas otras cosas) finalizó en diciembre y de 4to a 7mo gocé de una escuela pública con maestras más contenedoras y menos medievales. Aprovecho la generosidad de Facebook que me permite ahora exorcizar aquellos 8 años olvidables en manos de la Hermanita Alejandra, a quien Dios todavía no ha llamado a su gloria. Se ve que Él tampoco le tiene mucha simpatía.

María Mercedes Di Benedetto, 9/5/2022

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Comentarios

  1. Claudia Parral
    Muy fea vivencia! Yo iba al normal n3 desde el preescolar y las maestras eran muy exigentes! Pero de romper el forro de los cuadernos, como lo hizo la maestra de 1° grado, porque no había cubierto toda la contratapa, a hablarnos con ironía, no pasaban, nunca nos pegaron, ni tocaron, solo agresión psicológica!

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  2. Atilio Martinez
    Yo siempre fui a escuela pública y no tuve esos problemas....Ahora creo que mi madre ,fue muy ubicada y no se dejó influenciar por otras opiniones.Gracias mamá,,!!!

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  3. Marta Lucia Maldonado
    A mi me mandaron en jardín de infantes del colegio San José, si bien en la salita había maestras, las monjas andaban por todas partes y no se bien por qué siempre sentí rechazo. Por eso cuando venía a buscarme el micro de Abattantuono para llevarme al colegio, corría, me escondía y más de una vez me debieron llevar caminando. Gracias a Dios en la primaria mami me cambió de colegio y acabó mi tortura.

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  4. Claudio de Soldati
    ¿No le dijiste que era para colgar grilletes, cadenas y látigos...bendecidos?

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  5. María Paulina Correa
    A mí me pusieron en un colegio de monjas muy famoso en Santiago del Estero. Cuando mi mamá supo que una de las hermanas me había humillado en público, por hacer las operaciones matemáticas de una forma diferente a cómo ella las enseñaba, junto con alegar en la dirección, me sacó y me devolvió al colegio antiguo. Duré una sola semana con las monjitas.

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  6. Elina D'Alleva
    Me entristece, porque recordar a un maestro con miedo es muy duro.Es tan lindo que los niños tengan en esos años formadores: amor, solidaridad, empatía. Siento mucho que gente así esté al frente de la formación de niños (o haya estado).Tengo los mejores recuerdos de mis docentes amorosas, firmes pero afectuosas. Así traté de ser con mis alumnos ...el docente tiende a copiar a los que fueron "sus docentes". ¡Después hablamos de bullying....humillar a un niño así es muy doloroso doloroso!

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