IRMA VEROLÍN, POEMAS
DETRÁS DE MIS OJOS”
Detrás de mis ojos cerrados
estoy yo
con los ojos abiertos
mirándome:
estoy yo
con los ojos abiertos
mirándome:
que casi desaparezco.
Soy pura uñas crecidas
y pelo largo
deformados los dedos de los pies
los codos tristes.
Mi pequeñez navega
en un universo lleno de aire,
nada más que aire.
El aire y yo nos pertenecemos
el uno a la otra
en este sitio blanco
donde mi cuerpo se deja estar
completamente abandonado
lejos de las palabras
ahora que mis ojos se abren
y se cierran
una vez más.
MUJER EN LA SILLA
A veces sueño
con mi abuela,
la que no conocí,
la madre de mi madre:
es una mujer sin
rostro
sentada en una silla
de espaldar
crujiente,
una mujer
que tose y tose
a ras del mundo. Ella
inició el prodigio
de las orfandades,
murió en el momento
justo
cuando mi madre era
una niña
y mi madre
después
hizo lo mismo.
Nuevamente una niña
hablará
del viaje de su madre
- pies descalzos
melena despeinada
corriendo detrás de la consistencia de la muerte -.
La historia comenzó
en esa silla, comenzó
con la tos de una
mujer sin rostro
que entró en mis
sueños
como si mis sueños
fueran
la prolongación de un
viaje
sin principio ni fin.
En esta historia
sólo hay mujeres que
viajan
en el entretelado de
los ojos
que no se abren
que no se abren
MI
MADRE
Mi madre está en mi
boca.
Es una pequeña mujer
que navega por el
empeine de mis pies
hasta perderse en el
filo de mis vértebras.
Mi madre está en mi
boca
deletreando su abecedario
en voz muy baja, la
mastico
con mis ojos que se
cierran
y se abren, la
respiro
con mis dientes.
Sí, mi madre está en
mi boca,
hace un momento
la vi repartiendo
cruces negras
sobre esas almohadas
que no la dejan
dormir,
ha parido en mí
su propia imagen,
la talló
en el armazón de las
palabras.
Mi madre está en mi
boca,
su cuerpo hecho un
ovillo
quedó encerrado
como presidiario
dentro de la palabra yo.
LA
MOSCA
Hace días que con
nosotros
vive una mosca,
mis gatos la espían:
negra
voladora
debe haber entrado de
contrabando
por rendija
alcahueta.
Vuela sobre nuestras
cabezas
petulante
la mosca
la muy intrusa no
maúlla
no habla
sólo vuela,
no sabemos muy bien
de qué se alimenta
quizá de la soberbia
de volar
o del rum rum
de los altos aires de
la casa.
Antes de la llegada
de la mosca
mis gatos y yo no
sabíamos nada de la vida,
es triste vivir así
tan aquí abajo
y con la cabeza todo
el tiempo
enfocando el techo
ese techo blanco
que la mosca conoce
mucho mejor que
nosotros
por Irma Verolín
IMÁGENES:
1 "Tu mirada" de G. Giordano
2 "Eglantine, 1938
3 Rene Descals
4 Inés Barquero Rollán
5 María Teresa Florenza
Maravillosa sensibilidad poética. Cada palabra está cargada de emoción. Irma Verolín es una sustanciosas poeta argentina.
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