MILONGA DEL SOLADADO POR JORGE LUIS BORGES
Lo
he soñado en esta casa
entre
paredes y puertas.
Dios
les permite a los hombres
soñar
cosas que son ciertas.
Lo he soñado mar afuera
en unas islas glaciales.
Que nos digan los demás
la tumba y los hospitales.
Una de tantas provincias
del interior fue su tierra.
(No
conviene que se sepa
que
muere gente en la guerra.)
Lo
sacaron del cuartel,
le
pusieron en sus manos
las
armas y lo mandaron
a
morir con sus hermanos.
Se
obró con suma prudencia,
se
habló de un modo prolijo.
Les
entregaron a un tiempo
el
rifle y el crucifijo.
Oyó los varios discursos
de los vanos generales,
que nos digan los demás
la tumba y los hospitales.
Oyó vivas y oyó mueras,
oyó el clamor de la gente.
Él
sólo quería saber
si
era o no era valiente.
Lo
supo en aquel momento
en
que le entraba la herida.
Se
dijo: «no tuve miedo»,
cuando
lo dejó la vida.
Su
muerte fue una secreta
victoria.
Nadie se asombre
de
que me dé envidia y pena
el
destino de aquel hombre.
Esta milonga (1985) integra el libro "Los
conjurados", una obra que reúne los últimos poemas y textos breves
compuestos por Jorge Luis Borges poco antes de morir.
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