GÉNERO EPISTOLAR V° / V. OCAMPO, G. MISTRAL, R. CAILLOIS, F. SISK


Por H.Ch.Agnelli
EXORDIO 
Cita Marcel Proust en “A la sombra de las muchachas en flor”, una frase de Madame de Sevigné: "En cuanto recibo una carta, me gustaría recibir otra al instante, sólo vivo para ellas. Pocas
personas son dignas de comprender lo que siento." [1] La marquesa de Sévigné ingresó a la literatura francesa por la correspondencia que mantuvo con su hija Françoise-Marguerite, desde 1671, hasta su muerte por la viruela en 1696. Pauline de Simiane, su nieta, encomendó al editor Denis Marius Perrin toda la correspondencia. Fueron publicadas 614 cartas entre 1734 y 1737, y en 1754, se publicaron otras 722 cartas. La cuestión de su autenticidad está en entredicho, de las 1336 sólo 800 se consideran autógrafas. En ellas relata a su hija los sucesos de su entorno que considera importantes y que, como se solía hacer en aquella época, se pudieran leer más tarde en las reuniones de los salones. La escritora hace desfilar en sus cartas gran parte de la historia de la época y a través de sus ojos se puede ver a la aristocracia, a la nobleza rural y la corte de Versalles, durante gran parte de los 72 (1643-1715) años de reinado de Luis XIV, “El Rey Sol”... Pero dejemos los exordios y vayamos al grano. 
EPÍTOME 
En este sub-blog LAS LETRAS DEL QUILMERO se desarrollaron anteriormente cuatro recopilaciones y cinco autores sobre el género epistolar y sus producciones en la literatura. Porque cuando una carta, epístola, esquela, “billete”, misiva… supera su tiempo real, la intimidad, la subjetividad de sus protagonistas ya es un texto literario, un documento histórico (esto es tema de discusión) 
Dijimos que el género epistolar, suma en sí muchos otros géneros. Abarca en sí mismo una gran cantidad de temas y propósitos, presentados de manera diversa. Sobrepasan los límites de la mera

comunicación. Pues, sobre todo, en cuanto a lo que nos compete (la historia y la literatura), es un valioso instrumento ‘contextualizador’ para conocer los trasfondos de acontecimientos del pasados y/o de personajes que han trascendido en el tiempo; como bien puede ser el asunto de una novela biográfica o sostenida por circunstancias históricas como una novela que leí recientemente “Belisario en son de Guerra” (llegué a la edad en que leo textos que ya leí años, décadas atrás) de Marta Mercader, editada por Sudamericana (1984)  que pinta los espantosos años de la revancha y el crimen oficializado que se llamó ‘organización nacional’ y antes había leído “Piazza d'Italia” de Antonio Tabucchi (Vecchiano, 1943 - Lisboa, 2012), que decanta con cruenta y maravillosa magia esa Italia convulsionada por el anarquismo, el catolicismo ultramontano y del otro, el fachismo, el comunismo de post-guerra y la gente, la gente común sobreviviendo, muriendo, sobreviviendo, sufriendo, amando, irremediablemente; y hay más: “Juanamanuela, mucha mujer” de Marta Mercader; “El Gatopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusda y más reciente, “La maestra de piano” de Janice Y. K. Lee)

Miércoles, 1 de mayo de 2013, Género Epistolar - Carta de Dora Carrington a Lytton Strachey (Tras Su Muerte) 
Lunes, 30 de diciembre de 2013, Otro Diciembre en El Quilmes De 1886 - El Género Epistolar (también en EL QUILMERO EN LA GOYENA 28/12/2013) 
Lunes, 26 de setiembre de 2016, El Género Epistolar (IIIα Nota) Tres Momentos, Tres Situaciones… 
Domingo, 20 de noviembre de 2016, El Género Epistolar (IVα Nota) Historias del Abandono, ‘Avia Terai’.
Si bien iniciamos este trabajo mencionando las famosas cartas de Madame de Sévigné, conocidas sobremanera entre los que aman la literatura de los siglos XVII y XVIII (como la abuela de Proust), traemos a cuenta, ahora, otros cuatro ejemplos que reúnen las características propias del género epistolar: 
1.- “Cartas a un amigo argentino” de Witold Gombrowicz. Lleva prólogo de Ernesto Sábato. Publicado por EMECÉ en 1999. 
2.- “Correspondencia. Victoria Ocampo / Roger Caillois (1929 – 1978)” Con prólogo, selección y notas de Odile Felgine, la colaboración de Laura Ayerza de Castilho y Juan Álvarez Márquez, que publicó Sudamericana en 1999. 
3.- “Has recibido un e-mail”, un artículo periodístico de Jorgelina
Núñez, publicado en la revista “Ñ” el 3 de noviembre de 2007 (En la hemeroteca de la Biblioteca Goyena se halla casi toda la colección), sobre el intercambio epistolar entre Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, es decir, Gabriela Mistral (Vicuña, Chile, 1889 -
Nueva York 1957) y Victoria Ocampo (Buenos Aires, 1890-1979) Una relación extraña, inesperada que se expande en el libro “Esta América nuestra . Correspondencia – 1926/1956”. 
4.- Y por último, “Los grabados de Hogarth” cuento de Frank Sisk. Editado por EMECÉ, Avellaneda, 1998.- Pp. 299 a 315. Donde encontramos el género epistolar como herramienta o escusa para desarrollar un cuento; que, si bien - y perdonan la digresión - Aristóteles redujo los géneros a tres: épica, lírica y dramática; dentro de cada uno de estos hay variables insospechadas y también parámetros dentro de las variables.

MODELOS 
Paso, con perdón, a lo autorreferencial. Allá por el fin del siglo
pasado (¡Ya podemos fechar así…!), acababa de leer “Cartas a un amigo argentino” de Witold Gombrowicz, autor que me presentó (literariamente) un colega-poeta-psicólogo-asistente educacional- inspector de psicología en el Distrito, Jorge Franquet (un auténtico gombrowiczida), [2] cuando lo conocí en la escuela primaria N° 67, donde fue directora la señora Lucrecia
Goma y Witold
Lombán; en aquel entonces Jorge me prestó la primera novela de Witold, “Ferdydurke” (1937) Jorge Franquet era de la ‘barra’ del polaco, que solía hacer tertulia en el bar Rex o en la confitería “La Fragata” de la Capital Federal (una de las preferidas, junto con ‘La Paz’ y ‘El Foro’, durante los años de la dictadura procesista para hacer allanamientos a cualquier hora del día)

La “Correspondencia. Victoria Ocampo / Roger Caillois”  fue un
regalo de una amiga, la escritora Liliana Guaragno, en mi cumpleaños del 2001, para sobrellevar la convalecencia de una operación de columna que me hicieron el 22 de noviembre del 2000, elegido por ella a raíz de una charla entre literaria y didáctico-pedagógica sobre el género epistolar. 
GABRIELA Y VICTORIA 
En noviembre de 2007, leí la nota de Jorgelina Núñez en “Ñ” y la curiosidad me llevó a comprar “Esta América nuestra – Correspondencia – 1926/1956”, una edición extremadamente cuidadosa de la correspondencia entre Gabriela y Victoria de la editorial ‘El Cuenco de Plata’, de las biógrafas Elizabeth Horan y
Gabriela y Victoria
Doris Meyer, que ahondaron en el estudio de la vida y la obra de ambas escritoras.
Dos fuertes personalidades. Dos pioneras; una, la primera mujer de América Latina que recibió el Nobel; la otra, la primera que integró la Academia de Letras en la Argentina. Gabriela Mistral, poeta y docente chilena. Victoria Ocampo, creadora de un poderoso proyecto cultural continental: la revista y editorial Sur. Se escribieron durante 30 años. Se azuzaron, discutieron, se amaron y reflejaron en sus cartas… a los personajes y al mundo de ideas de su época.”[3]

Pero apartémonos circunstancialmente de los argumentos.

EL GÉNERO EPISTOLAR EN EL AULA 
Del intercambio con Liliana resultó la aplicación en el aula del género creando una comunicación epistolar entre los educandos. La estrategia se desarrollaba de la siguiente manera: cada  alumno elegía a un compañero al que querría decirle algo que no le hubiera dicho personalmente o contarle una anécdota común, desde su visión personal, unilateral, de la situación anecdótica. Esta tarea era individual y extra áulica. En un segundo momento, el destinatario debía responder al remitente. El profesor hacía de correo postal respetando la privacidad de los interlocutores de cada correspondencia. El ‘juego-didáctico-experimento’ había apasionó a los adolescentes de ese 2° año de la Escuela Manuel Belgrano de Cooperarios.
En un tercer momento, tras una corrección en forma general de la estructura propia del género, la gramática, la ortografía y la sintaxis, los que deseaban hacerlo - destinatario y remitente - leían su correspondencia generándose un interés que superó mis expectativas (salvo dos o tres pares de casos)
Una estrategia didáctica más para conocer las distintas manifestaciones de la comunicación, a través de la expresión escrita. Ya había realizado otras experiencias con dos novelas con aproximación a lo policial: “Rosaura a las diez” [4] de Marco Denevi y “Crónica de una muerte anunciada[5] de Gabriel García Márquez; en un primer momento la propuesta era leer las novelas: conocer a los autores, comentarlas, discutirlas, establecer gustos, análisis de los personajes, del tiempo cronológico en que se sucede trama; y luego ver las películas, para percibir los parámetros de la expresión literaria y de la cinematográfica, es decir, establecer características propias, qué tienen en común, qué los separa, qué aleja una forma de expresión de la otra, etc.

GOMBROWICZ 
Explica la contratapa del libro de cartas entre Gombrowicz y su amigo Juan Carlos Gómez, apodado “Goma” por el escritor, que motejaba a todos sus amigos y conocidos:

Witold Gombrowicz llegó a la Argentina en agosto de 1939, el 1 de septiembre de ese año los alemanes invaden su Polonia natal.
Comienza entonces para él un exilio voluntario que duraría
veinticuatro años, “un volver a sumirme en la juventud de mi vida, que en su momento no había podido disfrutar ni aprovechar”. 
En 1963, ya convertido en escritor de renombre internacio­nal, viaja a Alemania con una beca. A ese período pertenecen es­tas cartas a Juan Carlos Gómez, “el fiel Goma”, amigo entraña­ble y uno de los jóvenes miembros de la barra de las confiterías porteñas Rex y La Fragata. Ellas recuperan un Gombrowicz mor­daz e irreverente, que amaba la Argentina, a la que planea volver y llama, una y otra vez, “la Patria”. Su regreso a Europa se con­vierte así en un nuevo exilio. 
Quienes ya conocen a Gombrowicz descubrirán en este libro rasgos insospechados de su personalidad. Para aquellos que no lo han leído, puede ser una puerta de entrada a este escritor iconoclasta y genial. [6]

“La prosa, como una sopa, debe estar hecha de varios ingredientes”, dice Gombrowicz en una de las “Cartas a un amigo argentino”Chispa, chisme, dolor, sexualidad, vergüenza y gloria, hay de todo en esta fiesta dos voces.” (Ricardo Niremberg)
En agosto de este año 2016, pudimos asistir al Congreso Gombrowicz que llamó “Contra los escritores, organizado por el 'Grupo Heterónimos'. El evento se realizó en el Teatro del Globo, donde también se presentó el libro, El fantasma de Gombrowicz recorre la Argentina, que recopila 37 textos... del fantasma...

VICTORIA Y ROGER 
Pasamos a la correspondencia de Victoria y Roger (n. Reims Francia 3/3/1913-Reims 21//12/1978) y leemos en  la contratapa del libro:

Una tarde de 1939 (año providencial para este encuentro de autores), Victoria Ocampo asiste en París a una de las conferencias que organizaba el Collège de Sociologie, fundado por George Bataille, Mi­chel Leiris y Roger Caillois. Este último, un joven intelectual de veintiséis años, la deslumbra. Victoria era una mujer de cuarenta y ocho, bella, independiente y poderosa. Se enamora de Caillois, en quien vislumbra un futuro brillante. Caillois la sigue hasta la Argentina, donde ofrece una serie de conferencias patrocinadas por Sur, la revista que dirigía Victoria. Cuando sobreviene la Segunda Guerra Mundial, Cai­llois, comprometido con la Francia libre, queda aislado en América del Sur. Entre otras actividades, funda la revista Les Lettres Françaises, que publica los primeros cuentos fantásticos de Borges en francés. Descubre la literatura latinoamericana y se convierte, a su regreso a Francia cuatro años después, en un valioso difusor de ésta en Europa.
La correspondencia entre ambos revela un vínculo fuerte y duradero construido sobre la base de una relación intensa, tanto en el plano de los sentimientos como en el de las ideas. Y si Ocampo
Victoira con Roger y este con Borges
se encarga de la educación sentimental de su protegido, culti­vando su sensibilidad y confrontando insistentemente las elecciones intelectuales de éste con sus compromisos morales, Caillois se defiende sin tregua de este afán pose­sivo, por momentos casi asfixiante, convirtiéndose a su vez en el crítico más severo de los escritos de aquélla.

En este epistolario ambos exhiben una lucidez implacable, no escatiman las palabras más duras e hirientes pero tampoco ceden a la indiferencia o el olvido que promue­ven el tiempo y la distancia. Mantienen, en cambio, una declaración de amor — sen­sual, apasionado, trágico — durante cuarenta años la correspondencia entre Ocampo y Caillois ofrece una crónica de la vida intelectual y política argentina y francesa, mechada de anécdotas sabrosas y agudas observaciones. Se trata de una relación amorosa singular y, también, de un documento incomparable. […]

Primera carta o, mejor dicho, esquela  dirigida de Victoria a Roger, publicada en este libro.

Mensaje (pneumatique [7]) del 24/12/1939

Estimado Señor,

Hubiera deseado ir el martes al Collège de Sociologie, pero al re­gresar de Alemania, adonde fui para ver a un amigo[8] que ya no tiene pasaporte para poder salir, faltó poco para que me matara a 50 km de Sarrebrueken (accidente de auto). Felizmente, me libré de ello con una semana de cama y un miedo retrospectivo. ¿Podría venir mañana sába­do a las cinco? ¿O le conviene más venir el domingo? Telefonéeme si es posible. Tengo noticias que le divertirán acerca de los verdugos de Ale­mania.[9]

Odile Felgine en el prólogo, completa las particularidades del género y cómo lo que provoca a los protagonistas: 
Escribirse con alguien, cartearse, indudablemente es un esfuerzo conjunto, un intento de la voluntad, obstinado y delicado, de corregir algún error, de disipar un malentendido, de confirmar un acuerdo. Pero en primer lugar, es un esfuerzo de acercamiento, para comprenderse, para entregarse en su verdad, en su autenticidad. Escribirse, es desear establecer una correspondencia, descubrir afinidades, crearlas a fin de avanzar juntos, apoyándose en esas ideas, en esos gustos comparti­dos, para desarrollar un mejor entendimiento, durable y constructivo (hoy esto se hace, de alguna manera, a través del wapsap, del facebook y los e-mail) 
Seguramente, en el caso de Victoria Ocampo y Roger Caillois se puede decir que su intercambio epistolar, que se extiende durante casi cuarenta años (1939-1978), y sólo termina con la muerte de Caillois, fue a menudo el fruto de un deseo común de descubrirse, de caminar jun­tos, de herirse a veces, de explicarse a menudo, y sobre todo de no per­mitir que el tiempo con su ‘inevitable bifurcación’ los separara.” 
Jorgelina Núñez agrega al respecto: “Ningún otro ámbito que el de la correspondencia íntima para dar cuenta de los avatares sentimentales de los interlocutores.” 
EL GÉNERO EN EL CUENTO 
“La Crema del Crimen” contiene los 17 mejores cuentos de misterio y suspenso elegidos por sus propios autores. Todos de probado valor en el relato policial, pero el último Los grabados de Hogarth del escritor estadounidense Frank Sisk (1915-1985)  le suma la técnica epistolar con genuina maestría. Este cuento policial epistolar de los tres libros que tratamos es el único que construye una ficción. Sisk da su biografía de sí mismo con un toque de sarcasmo en poco más de media carilla; una vida absolutamente dispar a las de los otros autores que aquí tratamos; fue un galardonado escritor de cuentos; en 1981, recibió el primer premio del III° Congreso Internacional de Escritores del Crimen en Estocolmo, Suecia, por su cuento "Una visita con Montezuma". 
CARTAS, CARTAS Y MÁS CARTAS 
En el caso de horas y horas de sus días debió llevar a Victoria, a Gabriela, a Witold escribir y contestar tantas cartas que los vinculaban en una telaraña de manifestaciones artísticas, intelectuales, que serían su aire y su alimento; y sus  destinatarios que ocupan un lugar imprescindible en el género pues para este ejercicio inevitablemente se necesitan dos.
Indudablemente que hoy se necesita una gran cuota de curiosidad intelectual para leer este tipo de libros pues las cartas aluden a personas, situaciones, acontecimientos personales o públicos que son propios de los autores de las cartas y muchos son presupuestos entre los correspondientes, ajenos al conocimiento general o accesibles a quienes conocen la vida y la obra de estos autores. 
LOS AUTORES 
Pero volvamos a Witold Gombrowicz, a Victoria Ocampo, a Roger Caillois, a Gabriela Mistral y a Frank Sisk. Los dos primeros con orígenes similares (ambos hijos de terratenientes) Gabriela en cambio una maestra de escuela, hija de un padre docente y una
madre modista. Caillois un intelectual irredento, singular por la lógica de sus respuestas y un raciocinio que consternaba al grupo socio-intelectual y de clase que rodeaba a Victoria y muchas veces los dejaba mudos. Sisk, fue panadero, ingeniero naval, gustaba de mirar televisión, la jardinería, o sea, la vida de un hombre para el que la literatura fue un mero entretenimiento, una forma de encausar su frondosa imaginación; se percibe como un hombre sin pretensiones intelectuales, tan sólo vivir la vida llana. Cada uno con personalidades que los hace únicos en sus manifestaciones no sólo ante la literatura sino también frente a la vida, cuatro realidades literarias que en nada coinciden. 

CONTEXTOS Y NOTAS 
Así y todo, se presentan escollos en la lectura. En el caso de “Correspondencia. Victoria Ocampo / Roger Caillois”, hay notas aclaratorias al final del libro. En “Cartas a un amigo argentino”, las notas están al pie de página. Inevitablemente, en el hábito lector, la lectura de notas a pié de página o al final del capítulo o del libro requieren un esfuerzo más en el ejercicio de la lectura. La contextualización, los nexos con otras aplicaciones del conocimiento, la conexión. Esta particularidad básica del género lo hace también documentos históricos. La curiosidad o la avidez de cada individuo, juega un papel predominante en hacer caso o no a las notas.

Bibliófilo, bibliólatra y argumentación H. Chalo Agnelli
Biblioteca Popular Pedro Goyena
Colaboración Cristina Secco
 V°Jornada de Literatura Inical "El género epistolar"
Bibl. Popular Pedro Goyena, sábado 31 de marzo de 2007
NOTAS

[1] Editorial Losada, Buenos Aires, 2002, traducción de Estela Canto. Página 285.

[2] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 17 de septiembre de 2014, “Jorge José Franquet en la Biblioteca Goyena - Homenaje y Gratitud”.

[3] http://lilielphick.blogspot.com.ar
[4] Película de 1958 dirigida por Mario Soffici y novela había sido publicada por Marco Denevi en 1955. También tuvo una adaptación teatral.
[5] Novela publicada por Ed. Sudamericana por primera vez en 1981. Llevada al cine por Francesco Rosi en 1987.
[6] http://www.gombrowicz.net
[7] El tubo neumático es un sistema de administración rápida de correo por tubos donde cursores propulsados por una diferencia de presión fluye entre los terminales. Existía entre oficinas de correos en París. Algunos hospitales conservan este sistema para transportar drogas, documentos y expedientes. También algunos bancos lo utilizan para transportar dinero en efectivo y documentos.
[8] Se refiere a Hermann von Keyserling.
[9] Se refiere a los nazis.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"LAS SANDALIAS NEGRAS" MARISEL HILERIO RIVERA... Y LOS TEXTOS APÓCRIFOS

"SÓLO DIOS SABE CUÁNTO TE QUISE" DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

LA BALADA DE DOÑA RATA DE CONRADO NALÉ ROXLO