DOBLECES DE LA PRENSA - EDUARDO GALEANO
Febrero 24
Por Eduardo Galeano
En
1815, Napoleón Bonaparte se fugó de su prisión en la isla de Elba y emprendió
viaje a la reconquista del trono de Francia.
Marchaba
paso a paso, acompañado por una tropa creciente,
mientras el diario Le
Moniteur Universel, que había sido su órgano oficial, aseguraba que los
franceses estaban “locos de ganas de morir defendiendo al rey Luis XVIII”, y
llamaba a Napoleón: “violador a mano armada
del suelo de la patria, extranjero fuera de la ley, usurpador, traidor, plaga,
jefe de bandoleros, enemigo de Francia que osa ensuciar el suelo del que ha
sido expulsado”, y anunciaba: “Este
será su último acto de locura”.
Pero
por fin el rey huyó, nadie murió por él, y Napoleón se sentó en el trono sin
disparar ni un tiro.
Entonces
el mismo diario (Le Moniteur Universel) pasó
a informar que: “la feliz noticia de la
entrada de Napoleón en la capital ha provocado una explosión súbita y unánime,
todo el mundo se abraza, las vivas al Emperador llenan el aire, en todos los
ojos hay lágrimas de alegría, todos celebran el regreso del héroe de Francia y
prometen a Su Majestad él Emperador la más profunda sumisión.”
En “Los hijos
de los días”
De Eduardo
Galeano
Siglo
Veintiuno Ediciones
2012
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