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Mostrando entradas de septiembre, 2016

EL GÉNERO EPISTOLAR: LOMBÁN SEVERI, COTTA... (IIª NOTA) TRES MOMENTOS, TRES SITUACIONES

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a Liliana Guaragno, escritora TÍTULOS:   EPISTOLARIO DE MÁS ACÁ ALDO SEVERI > JUAN CARLOS LOMBÁN   UNA COYUNTURA HISTÓRICA EPISTOLAR   CARTA DE HUMOR EN UN CONTEXTO HISTÓRICO   PRÓLOGO   Tradicionalmente conocido como, carta, el género epistolar, suma en sí muchos otros géneros (cartas privadas, públicas, oficiales, abiertas, doctrinales o científicas, poéticas, etc.), es ampliamente libres, tanto en la temática (anécdotas, poesías) como en la estructura (abeviaturas, ilustraciones, subrayados, etc) ; abarca una gran cantidad de temas y propósitos, presentados de manera diversa. Debe contar con un remitente, el autor, y un destinatario, a quien va dirigida la carta con ciertas formas rigurosas que son el encabezamiento, el saludo y la despedida, y a veces una post data que se agrega después de la firma del autor. Sobrepasan los límites de la mera comunicación. También podríamos englobar en este género: el mensaje, la esquela, que van desde la simple invitación a cenar

DEL CULTO DE LOS LIBROS

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Jorge Luis Borges En el octavo libro de la Odisea se lee que los dioses tejen desdichas para que a las futuras generaciones no les falte algo que cantar; la declaración de Mallarmé: “ El mundo existe para llegar a un libro”, parece repetir, unos treinta siglos después, el mismo concepto de una justificación estética de los males. Las dos teologías, sin embargo, no coinciden íntegramente; la del griego corresponde a la época de la palabra oral, y la del francés, a una época de la palabra escrita. En una se habla de contar y en otra de libros . Un libro, cualquier libro, es para nosotros un objeto sagrado. Ya Cervantes, que tal vez no escuchaba todo lo que decía la gente, leía hasta " los papeles rotos de las calles ". El fuego, en una de las comedias de Bernard Shaw, amenaza la biblioteca de Alejandría; alguien exclama que arderá la memoria de la humanidad, y César le dice: ‘ Déjala arder. Es una memoria de infamias’ . El César histórico, en mi opinión, aprobarí

PROSEMA Y NADA

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La puerta está aterida y un frío anónimo le orada las bisagras,  mientras, detrás, Una multitud de formas se debate  al costado de la duda : Soy la letra, el sillón y la computadora Y la habitación que me cobija; La habitación, la casa, La cuadra de mi barrio; El barrio es la ciudad de gris y de miseria; Y la ciudad un país, el mío; El país, un continente; El continente, un mundo contenido; Y el mundo, el Universo, el Cosmos... Y soy el Cosmos, el Universo, El mundo, el continente, El país, mi ciudad, la cuadra de mi barrio.  La casa sola, la habitación, el sillón Y la computadora, la letra que me explica, El cursor que titila, el poema, Yo, apenas.   Chalo Agnelli   domingo 26 de mayo 1991

TEORÍA DE LOS BUENOS DESEOS (COLABORACIÓN)

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Que no te falte tiempo para comer con los amigos partir el pan, reconocerse en las miradas. Deseo que la noche se te transforme en música y la mesa en un largo sonido de campanas. Que nada te desvíe, que nada te disturbe que siempre tengas algo de hoy para mañana y que lo sepas dar para regar las plantas para cortar la leña, para encender el fuego, para ganar la lucha, para que tengas paz. Que es la grave tarea que me he impuesto esta noche hermano mío. Hamlet Lima Quintana 1923 - Argentina - 2002  Tomado de " POEMÁS O MENOS" página de facebook que presenta Liliana Souza de la SADE Delegación Bernal-Quilmes Setiembre 2016.

PROSEMA A LOS ÁLGUIENES

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Alguien bebe agua de la fuente y le chorrea por la barbilla,  le moja la camisa. Alguien besa a la mujer de sombrero rojo, que, blanda, aprieta el brazo de su amante, enamorada. Alguien entra en la sombra del templo con los dedos humedecidos en la pila se persigna. Alguien, adentro, musita un padrenuestro desmemoriado, pero honesto. Alguien hace malabarismo en la bocacalle, se le cae un palo colorado con rayas verdes. Alguien dormita en el banco de la plaza mientras un gorrión se atreve a picotearle las miguitas del regazo. Alguien enciende un cigarrillo y echa el humo hacia el cielo. Alguien pregona su mercadería de sopas paraguayas y tortillas asadas. Alguien observa el entorno buscando una presa fácil para arrebatarle la cartera, el portafolio, la rutina o los sueños. Alguien camina sin respiro, mirando el suelo, ofuscado y torvo mientras habla con un aparatito negro que sostiene junto a su oreja Alguien, después de olfatear e