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Mostrando entradas de 2016

OTRO DICIEMBRE EN EL QUILMES DE 1886 - EL GÉNERO EPISTOLAR

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En una fecha como hoy, 28 de diciembre, pero 130 años atrás, no era el calor ni la falta de electricidad la preocupación de los quilmeños, el cólera volvía a azotar al pueblo. Entre los insólitos tesoros bibliográficos hallados en la Biblioteca Popular Pedro Goyena, también aparecen documentos testimoniales de la historia de Quilmes, como la carta que se transcribe a continuación hallada por Cristina Secco entre un cúmulo de papeles. En ella el primer intendente que tuvo el Partido, designado a partir de julio de 1886, por le Poder Ejecutivo, don Felipe Amoedo [1] le narra a su hijo – posiblemente Hilario - la situación sanitaria del pueblo. La carta tiene membrete e la Municipalidad. El texto está transcripto tal cual con la misma sintaxis e igual ortografía, por eso parece enrevesada su lectura.   MUNICIPALIDAD            DE       QUILMES                                                                  Diciembre 28, 1886 Querido Hijo como hace tres días que no boy

LA CIVILIZACIÓN LAISECA

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"Monitor y su amigo el Barbudo se colocaron sobre cierto rectángulo que hallábase en un rincón de la habitación monitorial. Monitor se agachó y apretó el resorte secreto; así, ambos se hundieron cien metros hasta llegar a la boca del túnel que conducía, entre otros muchos lados, al 'jardín de los Monstruos'. Se detuvo sobre enormes dispositivos elásticos. Luego de un momento de inmovilidad absoluta, lentamente, pero cada vez a mayor velocidad, el rectángulo comenzó a marchar por una bifurcación del túnel maestro. Después de un viaje de siete kilómetros, entró en movimiento uniformemente retardado hasta detenerse por completo. Por fin, hacia arriba. Segundos después, Monitor y Barbudo salieron del rectángulo, que ahora: constituía una enorme losa más en el pavimento ajedrezado de su casa de descanso, en el 'Jardín de los Monstruos', situado en las afueras de Monitoria, Tecnocracia Central. Recorrieron largos pasillos con techos de cristal, a través

"LA REVOLUCIÓN ES UN SUEÑO ETERNO"

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"Cuando un hombre, que es joven y que se cree inmortal, siente que todo se derrumba — el porvenir vaticinado en los pactos con el Diablo, los sueños de inasible belleza, la utopía que se doraba como un pan en la inimaginada fragilidad de la cons piración—, busca a una mujer. Cuando todo se   derrumba, la mujer queda, resiste. Nadie sabrá decir nunca, por qué." de "La revolución es un sueño eterno" Cap. XIX Andrés Rivera (seudónimo de Marcos Ribak) nació en Buenos Aires el 12 de diciembre de 1928 y falleció el 22 de diciembre de 2016 en Córdoba. Hijo de inmigrantes obreros . Rivera también fue obrero textil, desde muy joven trabajó como tejedor de seda en una fábrica de Villa Lynch. Luego se dedicó al periodismo y la literatura. Participó en el movimiento obrero argentino. Escribió más de 40 obras, entre novelas y cuentos. "El farmer" , sobre la figura de Juan Manuel de Rosas, fue adaptada al teatro en 2015 a cargo de Pompeyo Audivert y Rod

INSOMNIO - JORGE LUIS BORGES

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En estas horas, en estos últimos días del año, todo parece magnificarse: los ruidos, las luces, los problemas, las ausencias, los sueño que no llegan, la esperanza que promete arremeter en cualquier momento; se exacerba una alegría intrusa que no respondía antes ni despertará después y los años se suman, se multiplican, sin pausa, sin prisa y nos acercan al horror de ser un cuerpo humano cuyas facultades declinan, inevitablemente, es una paradoja que se mide por décadas.  INSOMNIO De fierro, de encorvados tirantes de enorme fierro tiene que ser la noche para que no la revienten y la desfonden las muchas cosas que mis abarrotados ojos han visto, las duras cosas que insoportablemente la pueblan. Mi cuerpo ha fatigado los niveles, las temperaturas, las luces: en vagones de largo ferrocarril, en un banquete de hombres que se aborrecen, en el filo mellado de los suburbios, en una quinta calurosa de estatuas húmedas, en la noche repleta donde abundan el caballo y

PASÓ EN MI BARRIO… EL MONO GATICA (COLABORACIÓN)

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Por Héctor Acosta En una lejana mañana de invierno de un incierto año, sube al colectivo 8 (actual 98) el futbolista “Japonés” Olivari. Se dirige a su entrenamiento en el Club Argentino de Quilmes. Lo hace ajeno a la misión que el destino le va a asignar y que él cumplirá como ya veremos, con la eficiencia digna de esa prosapia de muchachos tumultuosos, pero nobles que distinguen a toda generación. En un asiento del fondo dormita contra la ventanilla una persona de cuya identidad duda, se vuelve y lo encara al cho­fer. - Decime, aquel del fondo, el que está dormido, no es el Mono Gatica? Era el hombre en evidente decadencia, se había pasado de su destino, Villa Dominico. Olivari lo despierta y enterado que el otrora gran boxeador necesita una mano salvadora le dice, seguro de si mismo - Hermano, te venís conmigo que voy a entrenar al club y vas a ser una alegría para todos. Efectivamente, es bienvenido con afectuosas muestras de admiración. Café con