COPLAS POR LA MUERTE DE SU PADRE DE JORGE MANRIQUE
Hay veces que en nuestra endémica soberbia de tercer milenio bien nos vale volver a los clásicos, mal que les pese - en este caso - a los poetas y poetastros de alguna ultravanguardia y de cenáculos culturosos de los penúltimos lustros (poco lustrosos). Sí, son más fáciles las frases, pensamientos de autoayuda que pululan por las redes sociales; máximas que pretenden - con buenas intenciones - enseñar a vivir y hasta a cómo morir; adjudicados muchas veces a figuras de la historia y la literatura que ni por asomo pensaban (o se comportaban) de la manera que el axioma sugiere o conmina... y otros sí tomados de alguna de esas personalidades, pero previamente amputados de su texto mayor. ¡¡Qué cosa que de la futilidad de la vida, de la vanalidad del poder, de la panacea del dinero, siempre a lo largo de los siglos hubo conciencia!! Leer un clásico, todo, todito, no ayudará a vivir, pero bien puede brindar el placer de la completitud. ¿Qué es dificultosa la lectura de este castell...