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Mostrando entradas de junio, 2017

“EL MOMENTO DE DECIR BASTA” POR AIDA BORTNIK

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Por Aída Bortnik A todos los viejos jubilados, abandonados, desabastecidos… 6:30 - Lo despertó la sirena. Bueno, no es una sirena, es como un aullido eso que tienen ahora los autos de la policía. Y ya que la persiana estaba levantada (porque después de la cuarta vez que envió a arreglar ese despertador que le trajo el idiota de Guille de Miami, decidió que si e l sol les bastaba a los campesinos, también podía bastarle a él), se asomó un poco, con el airé alerta de los que han visto demasiado cine como para sacar el cuerpo por la ventana cuando oyen a la policía. Entraban a la casa de arriba de la farmacia, pero allí viven los viej os ¿quién va a asaltar esa casa si todo el barrio sabe que están muertos de hambre?   No había luz, pero ni siquiera perdió tiempo en irritarse por eso, el problema era que otra vez se había olvidado de comprar hojitas para la máquina. Naturalmente se cortó, aunque nada más que tres veces. Podía haber sido peor. Mientras lo calentaba, se re

“NO SÉ SI SERÁ VERDAD” DE FERNÁN SILVA VALDEZ

El canto que voy cantando ya lo traía en la sangre; me corría por las venas desde mucho tiempo antes. El canto que voy cantando   yo me lo arranco del pecho; lo llevo como una flor en el árbol de los nervios. Yo me lo arranco del pecho o tal vez del corazón; cada renglón es un gajo, cada asonante una flor. Un poema así es un ramo y por eso he dicho yo: mis versos tienen perfume, mis cantos tienen color. Cuando el poema está escrito con sus puntos y sus comas, tiene un instante de luz pero nuestra edad de sombra. El día en que vi la luz todos mis cantos la vieron; luego llegaron los años que los fueran escribiendo. Un poeta lo es entero desde el día en que nació, y al cantar va confirmando nada más su vocación. Canta como lo hace el pájaro, perfuma como la flor, florece como la planta, late como el corazón. Él no hace sino cumplir una orden, y no más; hay un dedo que le indica el camino que ha de

MUERTE NO TE ENORGULLEZCAS.

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Muerte, no te enorgullezcas, aunque algunos te hayan llamado: poderosa y terrible, no lo eres; porque aquellos a quienes crees poder derribar no mueren, pobre Muerte; y tampoco puedes matarme a mí. El reposo y el sueño, que podrían ser casi tu imagen, brindan placer, y mayor placer debe provenir de ti, y nuestros mejores hombres se van pronto contigo, ¡descanso de sus huesos y liberación de sus almas. Eres esclava del destino, del azar, de los reyes y de los desesperados, y moras con el veneno, la guerra y la enfermedad; y la amapola o los hechizos pueden adormecernos tan bien como tu golpe y mejor aún. ¿Por qué te muestras tan engreída, entonces? Después de un breve sueño, despertaremos eternamente y la Muerte ya no existirá. ¡Muerte, tú morirás! Death Be Not Proud , John Donne (1572-1631) Compuesto alrededor del 1610 y publicado póstumamente en la antología de 1633; ilustración de Otto Schmidt Death be not proud, though some have called thee Mighty

"1891" DE JORGE LUIS BORGES

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Apenas lo entreveo y ya lo pierdo. Ajustado el decente traje negro Y con una chalina como todas, La frente angosta y el bigote ralo, Camina entre la gente de la tarde Ensimismado y sin mirar a nadie. En una esquina de la calle Piedras Pide una caña brasilera. El hábito. Alguien le grita adiós. No le contesta. Hay en los ojos un rencor antiguo. Otra cuadra. Una racha de milonga Le llega desde un patio. Esos changangos Están siempre amolando la paciencia, Pero al andar se hamaca y no lo sabe Sube la mano y palpa la firmeza Del puñal en la sisa del chaleco. Va a cobrarse una deuda. Falta poco. Unos pasos y el hombre se detiene. En el zaguán hay una flor de cardo. Oye el golpe del balde en el aljibe Y una voz que conoce demasiado. Empuja la cancel que aún está abierta Como si lo esperaran. Esta noche Tal vez ya lo habrán muerto. Por Jorge Luis Borges   Para La Nación - Buenos Aires, 1972 Foto Horacio Coppola