LA PALABRA - HONORATO DE BALZAC
¿No ha encontrado muchas veces placer el
estudiante al buscar el sentido probable de un sustantivo desconocido?
- A menudo - me decía él, hablando de sus
lecturas — he realizado deliciosos viajes, embarcado en una palabra por los
abismos de lo pasado, como el insecto posado sobre cualquier brizna de hierba
que flota a gusto de la corriente. Habiendo partido de Grecia, yo llegaba a
Roma y atravesaba la extensión de las edades modernas ¡Qué hermoso libro se
podría escribir contando la vida y las aventuras de una palabra! Sin duda,
ésta ha recibido diversas impresiones de los sucesos a los cuales ha servido;
según los lugares, ha despertado ideas diferentes; pero ¿No es más notable aún
considerarla en el triple aspecto del alma, del cuerpo y del movimiento? Al
observarla, habiendo hecho abstracción de sus funciones, de sus efectos y de
sus actos, ¿No es probable caer en un océano de reflexiones? La mayoría de las palabras
¿No están teñidas de las ideas que representan exteriormente ¿A qué genio se
deben? Si hace falta una gran inteligencia para crear una palabra ¿Qué edad
tiene, pues, la palabra humana: La reunión de letras, sus formas, la figura
que dan a una palabra, dibujan exactamente, siguiendo el carácter de cada
pueblo, seres desconocidos cuyo recuerdo está en nosotros? ¿Quién nos
explicará filosóficamente la transición de la sensación al pensamiento, del
pensamiento a la palabra, de la palabra a su expresión-jeroglífica, de los
jeroglíficos al alfabeto y del alfabeto a la elocuencia escrita, cuya belleza
reside en una sucesión de imágenes clasificadas por los retóricos, y que son
como los jeroglíficos del pensamiento? La antigua pintura de las ideas humanas
configuradas por las formas zoológicas ¿No habrá determinado los primeros
signos de los qué se ha servido el Oriente para escribir sus lenguas? Luego, ¿No
habrá dejado tradicionalmente algunos vestigios en nuestras lenguas modernas,
que todas se han repartido los restos de la palabra primitiva de las naciones,
palabra majestuosa y solemne, majestuosidad y solemnidad que decrecen a
medida que envejecen las sociedades; cuyas resonancias tan sonoras en la
Biblia hebrea y tan bellas aún en Grecia, se debilitan a través de los progresos
de nuestras civilizaciones sucesivas? ¿Es a este antiguo espíritu que debemos los
misterios escondidos en toda palabra humana? ¿No se nota en el sonido breve que
exige una vaga imagen de la casta desnudez, de la simplicidad de la verdad en
todas las cosas? Estás dos sílabas respiran no sé qué frescura. He tomado como
ejemplo la fórmula de una idea abstracta, no queriendo explicar el problema
con una palabra que lo hiciese demasiado fácil de Comprender, como el de VUELO,
donde todo habla a los sentidos. ¿No ocurre así con cada verbo? Todos tienen
impreso un viviente poderío que sacan del alma y que le restituyen por los
misterios de una acción y de una reacción maravillosa entre la palabra y el
pensamiento. Sólo por su fisonomía las palabras reaniman en muestro cerebro las
criaturas a las cuales sirven de ropaje. Parecidas a todos los seres, no tienen
sino un lugar donde sus propiedades pueden actuar plenamente y desarrollarse.
¡Pero este asunto importa quizás una ciencia entera!
La palabra no tiene nada de absoluta:
nosotros actuamos sobre la palabra más que ella sobre nosotros; su fuerza está
en razón de las imágenes que hemos adquirido y que agrupamos en ella.
Caricatura de Honorato de Balzac de su época, La Prensa, 8/11/1970.
HONORATO DE BALZAC (1799/1850) novelista
francés. Autor de la monumental serie de novelas reunidas en “La Comedia Humana”.
A “Louis Lambert” corresponde la página
transcripta.
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