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Mostrando entradas de septiembre, 2012

"UTOPIA" RELATO DE HÉCTOR ACOSTA

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Pasó en mi barrio... Héctor Acosta La prevista convocatoria elecciones para elegir autoridades del “Círculo Literario de Bernal” alteró el somnoliento rit­mo en el que el ambiente vegetaba. Perennes intereses y sordas rencillas se irían a dirimir en el acto estatutario. Pre­suroso declaro mi total incapacidad para explicar las mañas y argucias a las que los contendientes recurrirían para impo­ner el criterio que sustentase las respectivas candidaturas. Un alentador viento de imaginación agilizó las anquilosadas mentes. La creatividad, esa exigua característica local, fue incentivada por la importancia del acontecimiento que cíclicamente se repetía cada cuatro años y que daba a los ganadores de la incruenta contienda un lustre social que con creces recompensaría los esfuerzos que la fatigosa campa­ña electoral les demandaría. No hubo abstenciones de nin­gún tipo. Absolutamente todos estaban enredados en alguna maquinación de pretensiones exactamente un escalón arri­ba de sus

"KEKO EL VERDULERO" RELATO DE HÉCTOR ACOSTA

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Pasó en mi barrio... Por Héctor Acosta Seré franco: del asunto que hoy recordaremos hay cosas que se me borraron de la memoria y como por ahí aún hoy debe haber gente que lo tenga me­jor presente que uno pido la indulgencia necesaria para completar el relato. Al hombre lo apodábamos «Keko» era un italiano de baja estatura y con los ojos reventones de asombro y de vino. Digamos que dicho apodo lo ponía furioso por lo que nos abs­teníamos de decírselo y lo llamábamos “don Fran­cisco”. Fue famosa su costumbre de encontrar gallinas de muertes inciertas en la calle y llevarlas a su casa para comerlas en memorables pucheros (adelanto que el hombre no murió intoxicado) A su tobiana la llamaba “Beba” y fue por años su fiel y servicial compañera de trabajo y de pa­rrandas. Tiraba sumisa el carrito de media changa con el cual recorría las embarradas calles de aquel Bernal de entonces. La yegüita conocía de me­moria el recorrido del reparto del verdulero, cosa que no provocaba mayor

"MILAGRO EN BERNAL..." CUENTO DE HÉCTOR ACOSTA

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Pasó en mi barrio... De Héctor Acosta Lo que se pasa a relatar es lo referido por mi tío ma­terno Francisco Olivari en una tediosa tarde de mate, lluvia y una historia por demás enigmática. Lo ocurrido fue allá por la década del '30 del siglo anterior. Fue en época de unas elecciones que como después la posteridad supo fueron viciadas de malas artes. Pero eso, tío Francisco lo ignoraba y, seamos fran­cos, debido a su juventud y cierta indolencia lo te­nían sin cuidado. Lo cierto es que el hombre se dirigió a un comité oficialista que en una ignota calle de tierra funcionaba con sus principales atractivos: una aparato de música desde donde se propalaban grandilocuentes consignas partidarias, el laborioso rasgueo de un guitarrero y el revolear de una taba que agitaba los ánimos de parroquianos que tenían un ojo en el juego y el otro en un asador donde lentamente se doraba una carne que emanaba ten­tadora humareda. Fue recibido muy paternalmente por un veterano paisano d

ZAMBA PARA NO MORIR

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Romperá la tarde mi voz hasta el eco de ayer voy quedándome sólo al final muerto de sed, harto de andar pero sigo creciendo en el sol, vivo. Era el tiempo la flor la madera frutal luego el hacha se puso a golpear verse caer, sólo rodar pero el árbol reverdecerá, nuevo. Al quemarse en el cielo la luz del día, me voy con el cuerpo asombrado me iré ronco al gritar que volveré repartido en el aire al gritar, siempre. Mi razón no pide piedad se dispone a partir no me gusta las muerte ritual sólo dormir, verme borrar una historia me recordará, vivo. Veo el campo el fruto, la miel y estas ganas de amar no me puede el olvido vencer hoy como ayer, siempre llegar en el hijo se puede volver, nuevo. Hamlet Lima Quitana Nació en Morón el 15 de setiembre de 1923. Falleció en Buenos Aires el 21 de febrero de 2002, a los 78 años  Tomado de la revista del Centro Cultural Artempie, Nº 11 (2º época Nº 21 / 2012)

NUEVA FUGA DE LIBROS AL VUELO EL 21 DE SETIEMBRE DE 2013

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  La lectura es como el alimento;  el provecho no está en proporción de lo que se come,  sino de los que se digiere.”  Jaime Balmes El próximo 21 de setiembre se va a realizar una nueva jornada del movimiento LIBROS LIBRES!  Están todos invitados a tomar un libro que les haya gustado mucho (o no), escribirle una dedicatoria en la primera página (o no) y dejarlo en un banco de plaza, una pizzeria, un bar, el subte, un colectivo, el tren, un remis, una cabina telefónica, un cajero automático…  en cualquier lugar que la imaginación permita   Todos tenemos un libro que realmente nos marcó en la vida… y puede cambiarle la vida a alguien más o un libro que no nos atrapó enteramente a nosotros, puede serle de sumo interés a otra persona! LIBROS LIBRES EN ARGENTINA El 21 de Septiembre de 2007 se organizó el primer Libros Libres de Argentina , desde ese día se volvió a realizar en varias oportunidades, mucha gente encontró libros que leyó y amó tanto como sus dueños an

LA POÉTICA DEL ESPACIO

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Ponerme yo mismo en situación onírica  para situarme en el umbral de un ensueño  donde voy a descansar de mi pasado.  Entonces puedo esperar que mi página  contenga algunas sonoridades auténticas,  quiero decir, una voz lejana en mí mismo,  que será la voz que todos oyen  cuando escuchan en el fondo de la memoria,  en el límite de la memoria,  tal vez allende la memoria,  en el campo de lo inmemorial.                              G. Bachelard, " La poética del espacio".

OLOR

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Antes su olor me encantaba. Siempre olía a limpio: a ducha, a ropa limpia, a sudor fresco o a amor físico. A ve­ces se ponía perfume, no sé cuál, y también el olor del per­fume era lo más fresco del mundo. Entre aquellos olores frescos había otro, un olor denso, oscuro, áspero. Cuántas veces la olisqueé como un animal curioso. Empezaba por el cuello y los hombros, que olían a ducha, y aspiraba en­tre los pechos el olor de sudor fresco, que en las axilas se mezclaba con el otro olor, el denso y oscuro. En la cintura y el vientre aquel olor aparecía puro y sin mezcla, y entre las piernas con un toque afrutado que me excitaba; tam­bién olfateaba las piernas y los pies, los tobillos, en los que se perdía el olor denso, las corvas, donde aparecía de nue­vo, más ligero, el olor a sudor fresco, y los pies, que olían a jabón o a cuero o a cansancio. La espalda y los brazos no tenían ningún olor especial; no olían a nada, pero olían a ella. Y en las palmas de las manos se concentraba el ol

L'OBSCURITE DES EAUX

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Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo mis silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme. Y pienso en el viento que viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia desconocida. A mí me han dado un silencio pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada como el único pájaro en el viento. Alejandra Pizarnik

¿EL MOLINO DE PIMIENTA ESTÁ MUERTO?

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Esto no es una pipa En menos de lo que canta un gallo, en quince días tal vez, esté en la calle el libro El molino de pimienta (cabaret literario), y es entre nosotros, los amigos, también La ceremonia del adiós. Una despedida simple, una despedida en papel, una despedida del papel, de nuestro viejo amigo. Dice Abelardo Castillo en la entrevista que publicamos en el libro: Uno de esos hechos es sin duda el económico (…), que hace imposible sacar una revista li-teraria, ya que las publicaciones literarias que se hacen por internet no tienen el peso del papel, su memoria, diría yo. El papel lo podés coleccionar, lo podés encuadernar, lo podés marca r (…) el libro es un invento perfecto, es como el monopatín o la bicicleta, no podés mejorar la bicicleta, la bicicleta era así desde que se inventó. O el barrilete, o la rueda. El libro es así, y mejorarlo no se puede. En los ochenta hicimos nuestra revista El molino de pimienta . Lo que hacemos ahora es una celebración. La producció